El mosaico comenzó como un trabajo manual en el siglo IX. Para el siglo XVIII comenzó a usarse en laboratorios creando imágenes y dibujos a partir de letras y de símbolos, y hacia los años ’70 y ’80 se popularizó como arte con el código ASCII. Desde siempre ha consistido en una imagen grande compuesta por montones de imágenes más pequeñas.
Cuando nos referimos al mosaico en fotografía, se trata de una gran cantidad de imágenes (pueden ser decenas, cientos o miles) que, juntas, forman una sola imagen; puede tener cualquier forma y cualquier temática. Usualmente también se forma como una sola fotografía que se divide en segmentos rectangulares del mismo tamaño, formando un mosaico tradicional. Hay dos maneras de crear el mosaico: usando imágenes de todo tipo que tienen colores de pixel similares y ordenándolas para que compongan una sola fotografía, o dividiendo cada rectángulo simplemente con un color que logre formar la imagen completa cuando se junta con el resto de los rectángulos.
La forma más común para crear un fotomosaico es utilizando un software especializado en fotografía, como Adobe Photoshop.
Conclusión
El fotomosaico es una técnica fotográfica muy interesante, ya que puedes formar una sola imagen a partir de miles de imágenes más. Cada una de las pequeñas tiene distintas posibilidades: desde ser rectángulos de colores hasta contener la misma imagen principal en pequeño o ser distintas entre sí, cada una con una idea diferente, que concuerde con los colores necesarios para su composición.
Bibliografía
-Portugal, M. y Guzzo, S. (2003). Los materiales fotográficos. México: edición 8.
-Valtierra, P. (2009). Revista Cuartoscuro. México: edición 82.
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